Salud Mental
A través de la historia de la salud mental, han surgido diferentes formas de explicar la salud y la enfermedad. En general ha existido más preocupación por la patología que por la salud, esto con el propósito de proporcionar tratamientos adecuados. El énfasis a través de la historia ha sido asistencial y menos preventivo. Sin embargo, en la actualidad la inserción del componente de salud mental en el marco de Promoción de la Salud, tiene como fundamento la necesidad de plantear alternativas cada vez más garantizadoras de la autonomía individual y colectiva de las personas para dar respuesta a sus distintas necesidades.
Lo anterior nos pone ante el gran reto de definir entonces el concepto de salud mental lo cual, no constituye una tarea fácil. Las diferentes culturas y sociedades la han definido de formas diversas según las costumbres, creencias, mitos, valores y características socieconómicas vigentes.
En nuestro contexto, quizá resulta importante mencionar la definición que nos plantea la Política Nacional de Salud Mental de Costa Rica 2012-2021, la cual propone la salud mental como:
“Un proceso de bienestar y desempeño personal y colectivo caracterizado por la autorrealización, la autoestima, la autonomía, la capacidad para responder a las demandas de la vida en diversos contextos: familiares, comunitarios, académicos, laborales y disfrutar de la vida en armonía con el ambiente. Este proceso favorece las relaciones intergeneracionales, el desarrollo de las competencias y capacidades intelectuales, emocionales, sociales y productivas e incluye el ejercicio de derechos y deberes”.
La salud mental no es ausencia de conflictos o de crisis, pues los procesos psicológicos son dinámicos y se transforman a lo largo de la historia personal del sujeto, un sujeto activo inmerso en un mundo que lo confronta con contradicciones y que también se transforma.
La salud mental se relaciona con la vida diaria, se construye en la cotidianidad a través de un proceso de interacciones entre factores biológicos, psicológicos y sociales que finalmente permiten una organización integral de la personalidad.
Un gran aporte en relación al concepto de salud mental lo da el autor Gastón de Mézerville en el 2004, quien plantea la salud mental como la forma en la que el individuo se ajusta a su mundo, en la forma en la que el individuo se relaciona consigo mismo y con los demás, y en la manera particular de resolver sus problemas cotidianos. En otras palabras, a partir de la idea de que la salud mental corresponde a la capacidad del individuo de ajustarse a su mundo, este ajuste debe realizarse básicamente en tres dimensiones específicas: consigo mismo, lo que corresponde al enfoque de autoestima; con los demás, particularmente en lo referente a su capacidad de dar y recibir afecto con las personas más significativas en su vida; y finalmente en cuanto al enfrentamiento de las demandas, las necesidades y los problemas que le plantea la existencia, o sea, su capacidad de adaptación.
De esta forma, la salud mental:
“Significa una percepción realista del mundo, de nuestro papel en él; es poder analizar las situaciones en que nos encontramos y entenderlas en sus dimensiones, no solo presentes, sino futuras; es evaluar qué podemos cambiar y cuándo se puede lograr ese cambio; es integración de lo psíquico – que es de carácter afectivo, motivacional y cognoscitivo – y no separación en compartimientos” (Abarca, 1989).
A través del tiempo, siempre se ha pensado, que es la psicología o la siquiatría la encargada de velar por la Salud Mental, pero son muchas las disciplinas que pueden actuar en ella, sin dejar de lado las anteriores. Por sí solo el concepto de Salud es complejo y está interrelacionado con distintas variables alrededor de los hábitos, prácticas y conductas que tienen los individuos. No puede desprenderse el componente mental, del físico ni del social, no debe de hablarse de factores que solo hagan referencia a uno de ellos, pues los tres están en constante interacción.
Una forma de comenzar a realizar cambios positivos en pro de la Salud Mental es construir y tomar conciencia de un concepto de Salud Mental integral en el que intervienen diferentes dimensiones y con esto, poder así, influir sobre ellas en las prácticas, conductas y hábitos de vida cotidianos que permitan generar los cambios necesario según la particularidad de cada quien, su espacio y sus recursos, siempre aspirando a una salud mental con plenitud.
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